viernes, 23 de febrero de 2007

LA BELLEZA DE LO COTIDIANO

La geografía de nuestra ciudad estuvo fuertemente ligada al emplazamiento y presencia de cafés y bares. Entorno a ellos se tejieron amistades, encuentros, y desencuentros entre destacadas figuras de diferentes ámbitos. En una de las vueltas de Montevideo “descubrimos” un grupo de amigos que se juntaban todos los miércoles en la tarde en un bar llamado “Mincho”. Nos acercamos. Nos contaron que era lo que los unía: “el gusto por la literatura y la amistad de tantos años”. De hecho esta tertulia tiene su raíz en un tertulia conformada en los años `60 e integrada por Clara Silva, Alberto Zum Felde, entre otros personajes de la época. Tradición retomada por este grupo de amigos, en los años `90, en la vuelta de la democracia.

Este primer encuentro nos motivo a investigar un poco acerca de otras tertulias, y a su vez fuimos rearmando una historia no oficial, basada en personajes que en cierta medida construyeron la identidad cultural y literaria de nuestro país.

Fue así que el dramaturgo y poeta Ricardo Prieto nos dio a conocer una bitácora de algunos de los hombres y mujeres -anónimos para la gran mayoría- pasaron y dejaron la impresión de un grupo que se denominó la "peña del fondo" y tuvo lugar a principios de los noventa en el Mincho Bar.

“(...) Me siento tan montevideano, que no concibo que hubiera podido nacer en otro lado.”

“Encuentro en esta peña, el latido de una ciudad que tanto quiero y que tan difícil se me hace a veces, y que gracias a estos queridos parroquianos amigos, me ayuda a vivir los últimos tramos de mi vida (...)”.

BITÁCORA PEÑA DEL FONDO
1 de marzo de 1993


“(...) Quisiera estar aquí cuando no esté (...), dejar algún recuerdo de los que nos reunimos en este sitio frente a un café o a un vaso de licor, para soñar hablando dela realidad, como si la realidad existiera”.

BITÁCORA PEÑA DEL FONDO
29 de noviembre de 1993


Estamos en la tercera etapa de la Peña del Mincho. Yo ingresé en la segunda, allá por el setenta y pico, poco antes del Borda. Luego atravesé los años de la dicta, con los compañeros del inxilio. Y ahora, desde el 85 para acá, componemos la tercera etapa”.

“Se me hace que van quedando sólo los veteranos. Hoy somos 10 y sumamos unos 700 años.”

“Los jóvenes jamás vienen por aquí. Están en otra cosa. Igual que los viejos distinguidos”.


BITÁCORA PEÑA DEL FONDO
febrero de 1993

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